28 de septiembre de 2014

Soneto VI



En los bosques, perdido, corté una rama oscura
y a los labios, sediento, levanté su susurro;
era tal vez la voz de la lluvia llorando, 
una campana rota o un corazón cortado.
Algo que desde tan lejos me parecía
oculto gravemente, cubierto por la tierra,
un rito ensordecido por inmensos otoños,
por la entreabierta y húmeda tiniebla de las hojas.
Pero allí, despertando de los sueños del bosque,
la rama de avellano cantó bajo mi boca
y su errabundo olor trepó por mi criterio
como si me buscaran de pronto las raíces
que abandoné, la tierra perdida con mi infancia,
y me detuve herido por el aroma errante.


By Pablo Neruda !
Cien sonetos de amor !

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