10 de febrero de 2006
Querido mar odiado.
En aquel inmenso mar
veo hundirse mis sueños, morirse mis esperanzas,
ahogarse mi triste alegría.
Siento la suave caricia de la luna
que me adormece con su figura.
La brisa sobre mi cara, trae amargas palabras,
las escucho, las siento, las acaricio.
El mar
profundo
me abraza en sus olas
que son como húmedas caricias.
Las perlas en el cielo oscuro
reflejan la tristeza de la noche.
Un manto frío anuncia la llegada
de las lágrimas del cielo.
Se cubre mi mirada de tristeza,
se congela mi alma.
Quisiera ser
ola,
mar,
tierra
y volar hacia la paz del cielo.
Dejar mi alma en este mar,
mi muerto corazón viviente
mis tristezas y alegrías.
Quiero dejar mi vida
sepultada en este inmenso mar
junto a la plateada luna.
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(Y)
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