Me atraían sus ojos, su voz, su cintura, su boca, sus manos, su risa, su cansancio, su timidez su llanto, su franqueza, su pena, su confianza, su ternura, su sueño, su paso, sus suspiros. Pero ninguno de estos rasgos bastaba para atraerme compulsiva, totalmente. Cada atractivo se apoyaba en otro. Ella me atraía como un todo, como una suma insustituible de atractivos, acaso sustituibles.
By Mario Benedetti !
La Tregua !
No hay comentarios.:
Publicar un comentario